Existen distintos tipos de inyecciones. Pueden clasificarse como inyecciones para el dolor de espalda (y pélvico) o el dolor de pierna (ciática).

Entre las inyecciones para el dolor de espalda (y pélvico) se encuentran las inyecciones en las articulaciones cigapofisarias, las inyecciones en la articulación sacroilíaca y las inyecciones en el cóccix.

Las inyecciones para el dolor de piernas procedente de los nervios de la espalda son inyecciones para el bloqueo del nervio y las inyecciones epidurales caudales.

¿Qué contiene la inyección?

Una mezcla de anestesia local y esteroides que se inyecta en el área específica. El objetivo es reducir la hinchazón, la inflamación y el dolor.

¿Existen riesgos?

Los riesgos son mínimos y muy poco frecuentes. Algunos de ellos pueden ser: molestias temporales, reacción alérgica a la medicación, infección y sangrado, entumecimiento temporal de las piernas o lesión de los nervios.

Para el dolor de espalda

1) Inyección en las articulaciones cigapofisarias
Estas inyecciones se usan para tratar la lumbalgia (o el dolor que se extiende hacia las nalgas) que proviene de estas articulaciones de la zona lumbar de la columna vertebral. Las articulaciones cigapofisarias tiene el tamaño de un haba y la inyección se realiza en una o más de estas articulaciones. El procedimiento suele llevarse a cabo con anestesia local y con guía radiológica.

2) Inyección en la articulación sacroilíaca
Estas inyecciones se usan para tratar el dolor proveniente de la articulación sacroilíaca, que se encuentra en la parte posterior de la pelvis pero que puede hacer que el dolor se extienda hacia la zona lumbar. Las inyecciones deben realizarse directamente en uno o ambos lados de la articulación. El procedimiento suele llevarse a cabo con anestesia local y con guía radiológica.

3) Inyección en el cóccix
El cóccix se conoce coloquialmente como la rabadilla y puede ser una fuente de dolor. El procedimiento para tratar este dolor incluye la inyección de analgésicos y esteroides alrededor de esta zona. También puede incluir manipulación manual del cóccix. El procedimiento suele realizarse con anestesia local o anestesia general si debe manipularse el cóccix.

Para el dolor de piernas

1) Inyección epidural caudal
Las inyecciones epidurales suelen utilizarse para aliviar el olor de piernas proveniente de un pinzamiento en un nervio en la zona lumbar o debido a una estenosis espinal. La inyección se realiza en la parte más baja de la columna, dentro de la columna vertebral, para que actúe directamente cerca de la zona afectada. El procedimiento suele llevarse a cabo con anestesia local y con guía radiológica.

2) Inyección para el bloqueo del nervio
Estas inyecciones tienen como objetivo aliviar el dolor de los nervios irritados (ciática) o comprimidos de la zona lumbar (estenosis espinal). Los síntomas incluyen principalmente dolor irradiado a las piernas. Dependiendo de la ubicación de los síntomas y de los hallazgos obtenidos a través de una RMN, se realiza la inyección en la zona más cercana al nervio específico. El procedimiento suele llevarse a cabo con anestesia local y con guía radiológica.

¿Qué puedo esperar?

La eficacia de las inyecciones varía entre cada paciente. Hay pacientes que sienten un alivio inmediato del dolor que puede durar meses o años. Para otros pacientes, el beneficio tras este procedimiento es limitado. No puede garantizarse que un tratamiento funcione por igual para todo el mundo, sin embargo, es importante empezar o mantener una rutina de ejercicio constante para fortalecer el cuerpo, mejorar la forma física y lograr una mayor amplitud de movimiento. Su fisioterapeuta podrá aconsejarle qué ejercicios son los más adecuados para usted. La mejora a largo plazo más eficaz suele lograrse al combinar el ejercicio y la formación con tratamientos con inyecciones.

ÚLtimos consejos

Cada paciente siente un alivio diferente, por lo que no debe alarmarse si el resultado no es el esperado. El dolor persistente no siempre implica una lesión. El dolor es una sensación subjetiva influida por muchos otros factores (su estado mental, el entorno, la genética, las relaciones, las dinámicas familiares, el estrés, la satisfacción en el trabajo y muchos otros). El tratamiento más recomendable es llevar un estilo de vida sano con ejercicio, relajación, una alimentación saludable y un estado de ánimo positivo.